COMENTARIO AL DÍA

SOY DOCENTE DE LA ESPECIALIDAD DE COMUNICACIÓN Y TÉCNICO EN COMPUTACIÓN E INFORMÁTICA, TRABAJO EN LA IEE "FRANCISCO IRAZOLA" Y EN SENATI. TENGO EXPERIENCIA EN TRABAJOS TÉCNICOS PEDAGÓGICOS, TRABAJOS TUTORIALES DE ACOMPAÑAMIENTO, TRABAJOS DE CABLEADO Y CONFIGURACIÓN DE REDES, REPARACIÓN Y MANTENIMIENTO DE COMPUTADORAS, ASESORO EN ELABORACIÓN DE CUADRO DE HORAS, ADMINISTRACIÓN DEL SISTEMA SIAGIE (MED) Y ADMINISTRACIÓN DE HORARIOS ESCOLARES (ASC HORARIOS), GRADO DE MAESTRO CON LA MENCIÓN EN ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA, ESTUDIOS CONCLUIDOS DE SEGUNDA ESPECIALIZACIÓN EN COMUNICACIÓN (MINEDU-UNCP), EXPERIENCIAS DE TRABAJO COMO ESPECIALISTA DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN A CARGO DE LA REGIÓN LORETO (2015) Y HUÁNUCO (2016), EXPERIENCIAS COMO TUTOR ONLINE Y CAPACITADOR DE AULAS FUNDACIÓN TELEFÓNICA Y EN LA ACTUALIDAD SOY ESPECIALISTA DESIGNADO EN EDUCACIÓN SECUNDARIA A CARGO DEL ÁREA DE COMUNICACIÓN E INFORMÁTICA DE LA UGEL RÍO TAMBO - SATIPO

lunes, 20 de mayo de 2013

EL CURRÍCULO AL LABORATORIO DE LAS AULAS COMO UNA HIPÓTESIS SUSCEPTIBLE



Por: Paulo César Samaniego Gavino
IEE FRANCISCO IRAZOLA - 2010
Sin lugar a duda este Programa de Especialización Docente, nos sirve para poder deconstruir y reconstruir nuestra labor pedagógica y para optar el Título de Especialista en Comunicación, tenemos la oportunidad de hacer investigación-acción por lo que me motiva a escribir este artículo, considerando que: La investigación genera conocimiento, el conocimiento promueve tecnología, tanto el conocimiento y la tecnología promueven el desarrollo y una sociedad sin investigación es una sociedad sin desarrollo.
La UNESCO en su informe sobre el Seguimiento y Monitoreo de la Educación Global (2005), al plantear políticas para mejorar la calidad de la educación, se detiene en la formulación inicial de los maestros y señala que, para mejorar esta formación, el currículo debe retar al futuro maestro a la reflexión sobre su propia práctica, reflexión que recomienda Dewey en 1916 (Ibidem, 1964) Debemos leer esta política como una directriz que busca dar al maestro herramientas investigativas dirigidas  a la reflexión sobre su práctica y la transformación permanente de la misma.
            Es  necesario reconocer en general los docentes no tenemos la formación ni la infraestructura, ni el equipo humano usuales en los procesos de investigación científica de los distintos saberes, esto es la química, ciencia sociales, la lingüística, la tecnología u otros. No puede por ende exigírsele que sea investigador del saber que enseña.
            Lo contrario ocurre en el campo pedagógico, en el cual sí podemos incursionar con todas la circunstancia a nuestro favor. Tampoco se trata de que los maestros generemos conocimiento o teoría pedagógica de carácter universal, pero sí sometamos nuestra práctica de manera rigurosa  a una revisión reflexiva para ser así más efectivos en nuestra acción profesional y en el acompañamiento de los accesos de nuestros estudiantes al conocimiento y a la apropiación social del mismo. Al proceso de construcción de saber hacer pedagógico o saber educar bien, lo denominamos saber pedagógico del maestro. La razón para esta diferenciación es que las generalizaciones sociales deben ser probadas una y otra vez en todo tiempo y medio social para asegurar su poder generalizador. Las teorías pedagógicas no pueden tomarse como axiomas verdaderas y susceptibles de aplicación ciega (Restrepo, 2006).  No basta saber pedagogía para ser exitoso en la educación, para ser un maestro efectivo. En este sentido el saber pedagógico en la adaptación de la teoría pedagógica  a la actuación  profesional  de acuerdo con las circunstancias particulares de la personalidad  del docente y el medio donde nos corresponde actuar. Como lo advierte Olga Lucía Zuluaga (1984), la pedagogía es una ciencia cuyo objeto de estudio es la enseñanza, mientras que la docencia es una práctica de enseñanza que puede o no estar guiada por la pedagogía.
            La adaptación de la teoría, transformadora intelectual y práctica, es el resultado de un ir y venir entre la teoría y la práctica pedagógica que pude realizarse o espontánea o sistemáticamente. Si se hace de manera sistemática y rigurosa, constituye un proceso de investigación sobre la práctica en el laboratorio de las aulas. El tipo de investigación que pretendemos sistematizar dicho proceso individual en los docentes que investigamos a la vez que enseñamos, es la investigación-acción pedagógica. Entonces los maestros pasamos del saber empírico al hacer reflexivo  que nos permita remontar la rutina repetitiva objetivando nuestro quehacer por escrito con miras a continuar reflexionándolo y transformándolo en la misma acción. Entonces la investigación-acción tiene el propósito de conocer y comprender para transformar. Este proceso de reflexión  sobre nuestra misma práctica con miras a lograr una transformación o creación sostenida que incide no solo en la práctica didáctica y pedagógica de los docentes, sino que tienen repercusiones en la gestión curricular y en la gestión administrativa del plantel, ya que éste es en sí mismo un sistema social en la cual todos componemos se relacionan y retroalimentan mutuamente (Luhmann, 1993).
            De fomentar una capacidad investigativa, tendientes a transformar nuestra práctica pedagógica estaríamos fomentando el desarrollo de competencias investigativas, que concuerda con la afirmación de Lawrencen Stenhouse, según la cual el maestro lleva el currículo al laboratorio de las aulas como una hipótesis susceptible de someter a prueba, no como receta que tiene que ser aplicada al pie de la letra (1981). Esta capacidad de trabajar con actitud y procedimientos investigativos se afianza, por cuanto la metodología de la investigación-acción puede ser aplicada individualmente a la práctica pedagógica personal de manera continua a lo largo de la vida profesional. La construcción de saber pedagógico es proyecto de vida para el maestro.
            Referente a los diarios de campo y sus respectivas reflexiones muchos pretendemos a imitar o reproducir las categorías que otros proponen, sin reflexionar detenidamente  sobre los textos  de nuestro propio diario de campo. Esta dificultad proviene no solo de carencia de herramientas para emprender el trabajo hermenéutico que esta tarea supone, sino también de la rutina y acomodación a una práctica que de alguna manera funciona y permite sobrevivir en la profesión, algunos de la poca habilidad escritural. Entonces el mapa conceptual de la práctica, resultado del ejercicio de la categorización del diario de campo y otras técnicas de búsqueda de datos que se hayan utilizado, es de alguna manera, una hipótesis sobre la práctica reflexionada. El Análisis es la verificación de dicha hipótesis. La crítica (positiva o negativa) de las subcategorías debe concretar en qué medida cada una aporta o interfiere a la solución del problema que se está investigando, esto es, del segmento de la práctica abordado por la investigación acción.
            Criticar la práctica y escribir sobre la misma nos es difícil para muchos maestros, que muchas veces por nuestra formación, no estamos acostumbrados a la autocrítica, por lo que este instrumento, el diario de campo, es de vital importancia. Con respecto a la crítica de otros, debemos acostumbrarnos a que los demás nos hagan tomar conciencia de nuestros errores (Popper, 1981). Las deconstrucciones de la práctica son la oportunidad para encontrar, analizar y criticar esos errores y someter la vieja propuesta de la práctica a una falsación o refutación, como diría el mismo Popper fundamentando su racionalismo crítico.
“Somos poco críticos con nosotros mismos, pero implacables con los demás.”
“La crítica de pares profesionales nos permite un desarrollo profesional y nos permite salir de prácticas fosilizadas.”
Con lo expuesto a dónde queremos arribar:
1.       A que los docentes y demás actores de la educación logran a conocer a fondo su práctica y ensayan cambios transformadores.
2.       Que los maestros  toman conciencia, desde un comienzo desde sus aprendizaje con seriedad y entusiasmo, proponiéndose el rol de maestros investigadores de largo aliento
3.       Que los maestros captan el significado de la autocrítica y la crítica en la tarea de investigación y asuma actitudes positivas al respecto.
4.       Que los sujetos-objetos de la investigación acción pedagógica experimentan la emancipación de sus prácticas rutinaria, innovan y se empoderan.
5.       Que la investigación-acción  se convierta en una autocapacitación
6.       Aplican el “efecto colmena”, es decir que hagan réplicas con sus demás colegas.
Paulo César Samaniego Gavino
Especialidad: Comunicación
Sede Satipo - Aula 2

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