Un buen sistema de evaluación no se
diseña para castigar (despedir) a los ineptos. Estos caerán por su peso. Se
hace para estimular a los profesores a trabajar eficientemente juntos para
alcanzar los objetivos colectivos. La evaluación anual por tanto debe servir
esencialmente como una herramienta de diagnóstico para ayudar a los
trabajadores a mejorar su desempeño y recibir una retroalimentación justa.
En varios países se publican en los diarios el orden de mérito de los resultados de los logros de los alumnos en las pruebas nacionales gubernamentales y se les rankea por colegio. En algunos estados de Estados Unidos se publica el orden de mérito de los profesores individuales usando como criterio de comparación el "valor agregado" por cada profesor al desempeño de sus alumnos.
Ante una demanda sindical, recientemente la Corte de Apelaciones del Estado de Nueva York ha dictaminado que publicar los resultados del desempeño personal de los profesores no es ilegal, cosa que se está haciendo también en Los Ángeles y otras ciudades usando este criterio del valor agregado de cada docente al desempeño de sus alumnos.
Sobre este tema ha reaccionado Bill Gates, quien es partidario de evaluar el "valor agregado" de cada profesor, pero considera que recién se está en una etapa de aprendizaje para detectar cuáles son los factores que hacen que un profesor sea eficaz, por lo que critica que se publiquen estos rankings sosteniendo que nada se gana publicando esos resultados, que lo único que hacen es intimidar y avergonzar a los profesores, sin ofrecerles con ello ninguna retroalimentación que les permita mejorar sus prácticas docentes. (Shame Is Not the Solution NYT 22/02/2012).
El objetivo de reconocer a los docentes más destacados se ve afectado por la publicación de los resultados de todos los profesores, porque desprestigia a los que obtienen puntajes más bajos y aumentan la resistencia a cualquier sistema de evaluación. Además, siendo la tarea docente multifacética y compleja, un sistema de evaluación confiable y justo debe incorporar otras variables, como por ejemplo los antecedentes del estudiante y las observaciones de clases por parte de colegas expertos y directores.
Un buen sistema de evaluación no se diseña para castigar (despedir) a los ineptos. Estos caerán por su peso. Se hace para estimular a los profesores a trabajar eficientemente juntos para alcanzar los objetivos colectivos. La evaluación anual por tanto debe servir esencialmente como una herramienta de diagnóstico para ayudar a los trabajadores a mejorar su desempeño y recibir una retroalimentación justa.