5 CLAVES PARA EDUCAR A TUS HIJOS
Ser padres de familia es por mucho uno de los trabajos más importantes del mundo. No hay nada que podamos hacer durante nuestra vida que sea más significativo que la forma en que educamos a nuestros hijos. Es un trabajo desafiante y de tiempo completo que dura el resto de la vida.
Educar a los hijos no es una ciencia exacta. Los éxitos y los errores son parte de la difícil tarea de ser padres, debemos estar claros que no hay padres perfectos, ni tampoco hijos perfectos, la coherencia en relación a esta realidad puede ayudarnos en gran medida a que la tarea sea más motivo de alegría que de preocupación.
No existen formulas mágicas, ni métodos infalibles, pero si hay información que puede ser muy útil para educar a nuestros hijos por ello compartimos en este link 5 Claves para educar a tus hijos:
1- Un ejemplo vale más que mil sermones. Desde muy pequeños los niños tienden a imitar todas nuestras conductas, buenas y malas.
Podemos aprovechar las costumbres cotidianas -como saludar, comportarnos en la mesa, respetar las normas al conducir- para que adquieran hábitos correctos y, poco a poco, tomen responsabilidades.
De nada sirve sermonearle siempre con la misma historia si sus padres no hacen lo que le piden.
2- Comunicación, diálogo, comprensión. Las palabras, los gestos, las miradas y las expresiones que utilizamos nos sirven para conocernos mejor y expresar todo aquello que sentimos. Por eso, incluso durante el embarazo, hay que hablar al bebé.
Debemos continuar siempre con la comunicación. Hablarle mucho, sin prisas, contarle cuentos y también dejar que él sea quien nos los cuente.
¿Has probado a hacerle una pregunta que empiece con “Qué piensas tú sobre…”? Así le demostramos que nos interesa su opinión y él se sentirá querido y escuchado.
3- Dejarle experimentar aunque se equivoque. La mejor manera para que los niños exploren el mundo es permitirles que ellos mismos experimenten las cosas. Y si se equivocan, nosotros tenemos que estar ahí para cuidar de ellos física y emocionalmente, pero con límites.
La sobreprotección a veces nos protege a los padres de ciertos miedos, pero no a nuestro hijo. Si cada vez que se cae o se da un golpe, por pequeño que sea, corremos alarmados a auxiliarle, estaremos animándole a la queja y acostumbrándole al consuelo continuo. Tenemos que dejarles correr riesgos.
4- No ser demasiado permisivos ni demasiado rígidos. Satisfacer las necesidades de los hijos no implica satisfacer todos sus deseos. Ellos no conocen los límites y nosotros debemos discernir entre una necesidad y un capricho. Esto no siempre es fácil ya que la satisfacción de un capricho puede ser una necesidad real para un niño.
La rigidez exagerada es tan dañina como la permisividad excesiva, lo que es válido un día puede no serlo al siguiente. Las necesidades de los hijos son complejas y requieren que los padres se den cuenta de sus pormenores, si explicamos a los niños el porqué de nuestras decisiones, verán su lógica (aunque no estén de acuerdo), y las acatarán con más facilidad.
5. No comparar ni descalificar. Hay que eliminar frases como “aprende de tu hermano2, “¿Cuándo vas a llegar a ser tan responsable como tu prima?” también no conviene generalizar y debemos prescindir de expresiones como “siempre estás pegando a tu hermana” o “nunca haces caso”.
Cada niño es único, no todos actúan al mismo ritmo y de la misma manera.
Somos modelo de nuestros hijos 24 horas al día, 365 días al año. Pero no todo ese tiempo somos brillantes ejemplos de madurez y armonía. Aveces nuestro comportamiento deja mucho que desear, pero como al principio mencionamos no somos perfectos, también nosotros tenemos que cambiar y seguir mejorando.
Cada condición debe ser para nosotros una oportunidad de mejora, por nuestros hijos y por nosotros mismos.
En este link puedes encontrar información muy importante relacionada con la educación a los hijos: