La publicación de la nueva “Ortografía de la lengua española” (Espasa, 2010 con 746 páginas, casi cuatro veces más voluminosa que la edición anterior, de 1999.), aprobada por la Real Academia Española (RAE), obligará a que los profesores de lengua española y los editores actualicen sus trabajos y publicaciones, para así adaptarse a la novísima reforma ortográfica.
LA ACENTUACIÓN GRÁFICA DE LAS PALABRAS MONOSÍLABAS
Los monosílabos (palabras que tienen una sílaba) por regla general no llevan tilde, salvo en los casos de tilde diacrítica.
Ejemplos: ti, di, vi, fui, fe, fue, mes, vio, dio, gris, ves, Luis, Ruiz, seis, un.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que a efectos ortográficos, son monosílabos las palabras en las que, por aplicación de las reglas generales, se considera que no existe hiato -aunque la pronunciación así parezca indicarlo- sino diptongo o triptongo. Por eso, algunas palabras que antes se consideraban bisílabas pasan ahora a ser consideradas monosílabas a efectos de acentuación gráfica, por contener alguna de las secuencias vocálicas antes señaladas, y, como consecuencia de ello, deben escribirse sin tilde.
La Ortografía de la lengua española de 2010 advierte que se escribirán siempre sin tilde palabras como guion, truhan, hui, ion, fie, Sion, liais, etc., aunque para una parte de los hispanohablantes (los que articulan con un hiato las secuencia vocálicas que contienen) estas voces sean bisílabas* en su pronunciación.
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*La razón de la condición bisilábica de las palabras anteriores es la consonantes que tuvieron entre las vocales las cuales desaparecieron por el fenómeno de la elisión:
- guiar - guide (de origen germano)
- truhan - trugant (de origen galo)
- fiar - fides (de origen latino)
- huir - fugire (de origen latino vulgar)
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LA TILDE DIACRÍTICA EN EL ADVERBIO SOLO Y EN LOS PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS
En la nueva edición de la Ortografía de la lengua española hay un paso más en la decisión, adoptada hace ya años, de no tildar el adverbio solo ni los pronombres demostrativos este, ese y aquel. A partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación :«voy solo al cine». Bueno, pues, que el sentido tácito les diga si iré solito o de manera exclusiva.
Los académicos siguen creyendo que no es necesaria la tilde, pero no lo dicen de manera tajante sino con un "a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación", porque "las posibles ambigüedades son resueltas casi siempre por el propio contexto comunicativo".
SUPRESIÓN DE LA TILDE EN LA CONJUNCIÓN DISYUNTIVA O
Entre las novedades introducidas también está la supresión de la tilde en la conjunción "o" entre cifras, por ejemplo 5 o 6.
Hasta ahora se venía recomendando poner tilde a la conjunción disyuntiva o cuando se escribía entre dos cifras, con el fin de evitar toda posible confusión con el guarismo correspondiente al número cero (se escribía 6 ó 7 para distinguir con claridad esta expresión disyuntiva del número 607).
A partir de este momento la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, y con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Tengo 6 o 7 monedas.
Era evidente que los espacios entre estos signos (6 o 7 / 607) ya demarcaban la distinción. Habría que tener algún defecto visual para no distinguir la diferencia.
USO DE LA LETRA q PARA REPRESENTAR EL FONEMA /k/
Las Academias han acordado también que la escritura con q de algunas palabras (Iraq, Qatar, quark, quásar, quórum) representaba «una incongruencia con las reglas». Para evitarla han decidido escribirlas con c o con k, según los casos: Irak, Catar, cuark, cuásar cuórum. Quienes prefieran la grafía originaria, tendrán que hacerlo como si fueran extranjerismos crudos y escribirlas en cursiva y sin tilde.
LA ESCRITURA DE PALABRAS CON PREFIJOS
Los prefijos deben escribirse siempre soldados gráficamente a la base a la que afectan cuando esta sea una palabra simple: expresidente, antiácido, proabortista. Las formas ex presidente y ex-presidente (que siempre estuvo mal redactada) ya fueron.
O sea que ahora tendremos que escribir "allá va la exmujer de fulano".
Ahora bien, los prefijos se escriben necesariamente separado de la base a la que afectan cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras: ex alto cargo, anti pena de muerte, pro derechos humanos.
LA "ch" Y LA "ll" NO SE CONSIDERARÁN, OFICIALMENTE, LETRAS DEL ALFABETO
La Ortografía de la lengua española considera que la "ch" y la "ll" no son letras del alfabeto, pasando de 29 a 27 letras, un cambio que ya se hizo visible en la edición del Diccionario de la Lengua de 2001. Así pues, en español, además de las veintisiete letras, existen cinco dígrafos o combinaciones de dos letras, que se emplean para representar gráficamente los siguientes fonemas:
- El dígrafo ch representa el fonema /ch/: chapa, abochornar.
- El dígrafo ll representa el fonema /ll/ (o el fonema /y/ en hablantes yeístas): lluvia, rollo.
- El dígrafo gu representa el fonema /g/ ante e, i: pliegue, guiño.
- El dígrafo qu representa el fonema /k/ ante e, i: queso, esquina.
- El dígrafo rr en posición intervocálica: arroz, tierra.
TÍTULOS Y CARGOS
Los sustantivos que designan títulos nobiliarios, dignidades y cargos o empleos de cualquier rango (ya sean civiles, militares, religiosos, públicos o privados) deben escribirse con minúscula inicial por su condición de nombres comunes, tanto si se trata de usos genéricos:
- El rey visita a los pilotos españoles
- El papa es el obispo de Roma y sucesor de San Pedro
- El presidente de la República es un cargo electo
como si se trata de menciones referidas a una persona concreta:
Aunque, por razones de solemnidad y respeto se acostumbra a escribir con mayúscula inicial los nombres que designan cargos o títulos de cierta categoría en textos protocolarios, se recomienda acomodarlos también en estos contextos a la norma general y escribirlo con minúscula.
"Para aquellas fórmulas honoríficas correspondientes a las más altas dignidades en el tratamiento protocolario (su santidad, su majestad...), la mayúscula inicial es admisible -aunque no obligada- solo si el tratamiento no va seguido del nombre propio de la persona a la que se refiere: La recepción a Su Santidad será en el palacio arzobispal; pero, si se acompañada del nombre propio, es obligada la minúscula: Esperamos la visita de su santidad Benedicto XVI".
El uso de mayúsculas y minúsculas es uno de los aspectos que más dudas producen en los hablantes, de ahí que sea uno de los que más exhaustiva atención ha recibido en la nueva edición de la Ortografía.
ACCIDENTES GEOGRÁFICOS
Cuando para referirse a un accidente geográfico se emplea el sustantivo genérico seguido de un adjetivo derivado del topónimo al que dicho accidente corresponde, tanto el sustantivo genérico como el adjetivo se escriben con minúscula:
- cordillera andina (el adjetivo andino deriva del topónimo Andes)
- meseta castellana (el adjetivo castellano deriva del topónimo Castilla)
- islas británicas (el adjetivo británico deriva del topónimo histórico Britania)
- península ibérica (el adjetivo ibérico deriva del topónimo histórico Iberia).
Sin embargo, cuando el adjetivo no deriva de un topónimo previo va con mayúscula inicial:
- mar Mediterráneo
- islas Canarias
- península de Crimea.
LAS ABREVIACIONES Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA COMUNICACIÓN
En los mensajes de móvil y chats, tanto las dimensiones del soporte (con teclados y pantallas reducidos) como la restricción a un número limitado de caracteres por mensaje justifican que se recurra muy a menudo a las abreviaciones gráficas. Además, en los dos contextos comunicativos mencionados, la inmediatez que preside en todo momento una comunicación que, aun siendo escrita, se halla próxima a los códigos de la oralidad exige la máxima premura en la materialización del mensaje.
Así pues, las abreviaciones acuñadas para su uso en chats y en mensajes cortos tienen restringido su empleo en ese ámbito y no deben trasladarse a la lengua general, por lo que no son objeto de regulación ni sistematización por parte de la ortografía.
Para ilustrar el devenir de estas innovaciones, y con el permiso del filólogo Cristian Fallas Alvarado, publicamos el siguiente artículo:
Ortografía de la lengua española (2010)
A. Antecedentes y líneas directrices de la obra
• La primera Ortografía de la lengua española de la Real Academia Española (RAE) se publicó en 1741.
• La edición anterior de la Ortografía se publicó en 1999.
• En el año 2002, cuando se celebró el Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española en San Juan, Puerto Rico, se consideró necesario empezar a trabajar en la nueva edición de la Ortografía.
• En el año 2007 se llevó a cabo el XIII Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española en Medellín, Colombia. En este congreso, el director de la Academia Chilena de la Lengua, D. Alfredo Matus Olivier, explicó los principios generales de la nueva edición:
1. Explicar el sistema ortográfico y descartar una reforma.
2. Tratar de eliminar, dentro de lo posible, las normas potestativas.
3. Mantener la coherencia con las obras académicas más recientes.
• La nueva Ortografía debía ser una obra moderna, muy explícita, didáctica y panhispánica, ya que debía responder la mayor cantidad de dudas de los usuarios de hoy y tener en cuenta el uso indispensable de la tecnología para la creación de textos.
• Dado que se dispone de la Nueva gramática de la lengua española, se trató de ajustar en todo lo posible la teoría gramatical a dicha obra.
B. Método de trabajo
• La redacción de la obra se encargó al Departamento de «Español al día» de la RAE, cuyo equipo dirige la filóloga Elena Hernández Gómez. Este departamento recopiló la información necesaria a partir de las consultas que recibe diariamente la RAE.
• Se asignó la coordinación de la obra al académico español Salvador Gutiérrez Ordóñez.
• La RAE remitía los borradores de cada capítulo a todas las academias de la lengua española.
• Las comisiones de cada academia incluían sus observaciones en los borradores y los enviaban a la RAE para su estudio e incorporación. También debían responder las consultas específicas que enviaba la RAE y aportar los datos solicitados.
• La comisión de la Academia Costarricense de la Lengua estuvo formada por Estrella Cartín de Guier y Enrique Margery Peña, académicos, y Cristian Fallas Alvarado, filólogo colaborador.
• Una comisión interacadémica debatía sobre cuestiones específicas de los borradores después de haber sido revisados por las distintas academias. Esta comisión estuvo integrada por el director de la RAE y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), el secretario de la ASALE y un académico representante de cada una de las siguientes nueve áreas lingüísticas: Chile, Río de la Plata, área andina, Caribe continental, México, Centroamérica, Antillas, Estados Unidos y Filipinas, y España.
• El texto de esta edición de la Ortografía fue aprobado por la ASALE el 28 de noviembre de este año en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
• Antes de la aprobación del texto, la RAE había enviado a todas las academias los borradores con las observaciones incorporadas para su lectura final.
C. Algunas características y novedades de la actual Ortografía
• La presente edición de la Ortografía se diferencia notoriamente de la anterior en la exhaustividad de los ejemplos y el amplísimo detalle en la exposición de la teoría.
• Como las ediciones anteriores, esta tiene carácter normativo, pero en algunos casos solo se dan recomendaciones.
• Se divide en dos partes fundamentales: en la primera se explica el sistema ortográfico del español, y en la segunda se trata la ortografía de expresiones que plantean dificultades específicas.
• Las explicaciones teóricas van acompañadas de muchísimas notas históricas, etimológicas, gramaticales, terminológicas, normativas, de pronunciación o de uso.
• Se explican las bases sobre las cuales se fundamenta la ortografía española, lo cual no se había hecho antes.
• En la introducción de la obra se tratan aspectos tan importantes como el origen de la escritura y sus tipos, las relaciones entre el código oral y el escrito, las funciones y la importancia de la ortografía, los criterios empleados para configurar nuestro sistema ortográfico, entre otros.
• En cada capítulo se definen los conceptos necesarios para comprender cada tema.
• Se resumen varios temas en cuadros o tablas, que constituyen importantes herramientas didácticas.
• Se definen y caracterizan los fonemas del español y se describen el seseo y el yeísmo.
• Se explica la composición del alfabeto y el origen de los nombres de las letras o grafemas.
• En caso de emplearse distintos nombres para algunas letras, se propone el uso de uno con el fin de unificar su denominación en la enseñanza de la lengua española, como en el caso de erre, uve o ye.
• El alfabeto se compone de grafemas, no de fonemas. Un grafema es un signo simple (una letra). El alfabeto consta, por tanto, de 27 letras (a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z), ya que ch y ll son dígrafos (secuencias de dos grafemas o letras que representan un solo fonema). Ya se hacía referencia a esto en la edición anterior de la Ortografía. También son dígrafos las secuencias gu (guerra, guiso) o qu (queso, quimera), por ejemplo.
• Se incluyen muchas notas orientadoras sobre el uso de letras que plantean dudas, como b/v, g/j, s/c/z, etc.
• Se enumeran muchas palabras que admiten varias grafías y se recomienda una de esas grafías.
• En algunos casos específicos, se admite la reducción de grupos formados por dos vocales iguales, como contraatacar/contratacar, semiinconsciente/seminconsciente, sobreentender/sobrentender. Igualmente, se acepta la reducción de ciertos grupos consonánticos también en casos muy específicos, como mn- > n- (mnemotecnia/nemotecnia), ps- > s- (psicología/sicología), trans- > tras- (transponer/trasponer).
• Se explican con detenimiento el origen y los principios que rigen el sistema acentual del español.
• En las palabras con tilde, esta tiene una función primordial: señalar la sílaba tónica. No le corresponde a la tilde diferenciar categorías gramaticales ni desambiguar textos. Por esta razón se recomienda no tildar nunca los demostrativos (este, ese, aquel, con sus femeninos y plurales) ni el adverbio solo. Ya desde la publicación de las normas ortográficas de 1959 se podía prescindir de esas tildes si no había riesgo de ambigüedad. Tal posibilidad se plantea en la edición anterior de la Ortografía y en el Diccionario panhispánico de dudas, publicado en el 2005. Además, algunos de los más reconocidos tratadistas del tema, como Manuel Seco o José Martínez de Sousa, no emplean esas tildes en sus obras.
• Se describen con exactitud las convenciones que permiten diferenciar los diptongos, hiatos y triptongos desde el punto de vista ortográfico, y se analiza la relación de estos con la pronunciación y la ortografía.
• Dado que la secuencia de vocal abierta y vocal cerrada átona forma diptongo desde el punto de vista ortográfico, ciertas palabras, como fie (de fiar), guion o ion, se consideran monosílabas y, por tanto, no se tildan aunque algunas personas las pronuncien como si tuvieran hiatos. Este criterio es similar al adoptado en 1959 con respecto a la combinación ui, que se considera siempre diptongo ortográfico aunque algunas personas la pronuncien como si fuera hiato en varias palabras (excluido, huida, etc.). También la posibilidad de no tildar esos monosílabos se plantea en la Ortografía de 1999 y el Diccionario panhispánico de dudas. En la edición más reciente del DRAE, del año 2001, figura en primer lugar la forma sin tilde: guion, ion, etc.
• En unos cuantos casos, la tilde tiene función diacrítica: sirve para diferenciar algunas palabras tónicas de sus correspondientes átonas (monosílabos como de/dé, el/él, mi/mí, tu/tú, etc., o los interrogativos).
• También se explican otras acentuaciones que suscitan dudas frecuentemente, como aun/aún, los adverbios acabados en -mente o las formas verbales con pronombres enclíticos.
• Se admiten dos posibilidades (con tilde o sin ella) en casos como Busco dónde/donde hospedarme, lo cual ya se mencionaba en la Nueva gramática de la lengua española.
• La conjunción o no se tilda nunca, ya que no se puede confundir con el cero (0) por su diferente tamaño y los espacios que la separan de los elementos coordinados (102 frente a 1 o 2). Además, es frecuente destacar o diferenciar de alguna manera esos elementos en algunos casos («n» o «s»).
• Se estudia con el mayor detalle el uso de todos los signos ortográficos: diacríticos (tilde y diéresis), de puntuación y auxiliares. Especialmente en este capítulo se ajusta toda la teoría gramatical a lo expuesto en la Nueva gramática de la lengua española.
• Se aclaran muchísimas dudas sobre el uso de las mayúsculas y las minúsculas en casos como estos: antropónimos, siglas, establecimientos comerciales, instituciones, accidentes geográficos, profesiones, cargos, gentilicios, premios, espacios naturales protegidos, divisiones territoriales, calles, formas de Estado, leyes, cursos, asignaturas, movimientos políticos, puntos cardinales, unidades de medida, enfermedades, medicamentos, entre muchos otros.
• Con respecto al tema de las mayúsculas, cabe mencionar que se tiene en cuenta el uso de la letra cursiva en los títulos de obras de creación, lo cual facilita su delimitación y evita el exceso de mayúsculas.
• Se incluyen explicaciones y orientaciones para diferenciar el nombre genérico del nombre propio.
• Se dedica todo un capítulo a la escritura de las unidades léxicas. En él se estudian las palabras con sufijos y prefijos; además, se dan amplísimas explicaciones sobre la composición y los principales prefijos productivos en el español actual.
• Se explica en qué casos los prefijos se escriben unidos a la base (superútil), separados de esta (vice primer ministro) o seguidos de guion (anti-OTAN).
• Se estudia la escritura de las abreviaciones (abreviaturas, siglas y acrónimos) y los símbolos (elementos químicos, unidades monetarias, operaciones matemáticas, etc.).
• Se explican las secuencias de palabras que se escriben juntas o separadas y que plantean dudas, como quehacer/que hacer, sinfín/sin fin, porqué/por qué/porque/por que, conque/con que, etc.
• Los extranjerismos, incluidos los latinismos, se estudian en un capítulo aparte. Se enumeran las grafías ajenas al sistema ortográfico del español. También se proponen reglas para adaptar al español voces extranjeras, incluso si estas proceden de lenguas que no emplean el alfabeto latino.
• Se incluyen algunas consideraciones y recomendaciones sobre la escritura de los nombres propios, específicamente antropónimos y topónimos. Asimismo, se proponen normas para adaptar al español nombres extranjeros.
• En otro capítulo se explica lo relacionado con las expresiones numéricas: ortografía y uso de números romanos y arábigos, escritura de los números decimales, numerales cardinales y ordinales. También se detalla el uso de cifras o palabras para escribir las expresiones numéricas, además de la escritura de la hora, la fecha, los siglos, las décadas, los años o los porcentajes.
• Finalmente, la obra incluye varios apéndices con listas de abreviaturas, símbolos, países, capitales y gentilicios.
Publicado por Nicolás Chipana Aramburú